Cada vez que observamos una tormenta, podemos confundirnos un poco a la hora de ver el punto exacto hacia donde se desplaza. Durante mis años de cazatormentas observando a las tormentas, he visto una serie de factores que influyen en el desplazamiento que en ocasiones nos puede dar lugar a confusiones, al ver una célula tormentosa y pensar que viene directa hacia nosotros y al final nos pasa rozando o viceversa.
· Grado de desarrollo de la célula tormentosa. Una célula tormentosa que posea un bajo desarrollo mantendrá una tasa de expansión nula o reducida de manera que si nos situamos en un punto cercano a la tormenta pero fuera de su trayectoria la veremos pasar siguiendo la dirección de los vientos en altura que arrastran a la célula sin haber demasiadas complicaciones en la dirección que sigue.
En cambio, una célula que se desarrolla de una manera rápida y vigorosa, en especial, cuando esta va creando un sistema multicelular a consecuencia de un gran desarrollo, se va creando una célula tormentosa, en línea, una detrás de otra cuando este sistema presenta organización. Esto sucede en ambientes ricos en cialladura.
Cuando la multicélula está desorganizada, van creciendo núcleos aleatoriamente guiados por los respectivos frentes de racha de cada célula cuando en altura existen valores bajos de cizalladura (5 nudos o por debajo).
Las células de rápido o explosivo desarrolo muestran una gran capacidad de expansión y regeneración, ocasionando por un lado un extenso yunque y ocasionalmente el ensanchamiento del contorno de la base del cumulonimbo que conforma el núcleo tormentoso.
Incluso existen condiciones en las que un área de convergencia en superficie permanezca estacionaria con un ligero desvío hacia un punto paralelo derecho o izquierdo respecto de la dirección del flujo en altura.
Cuando nos situamos en un punto próximo a una célula tormentosa de rápido desarrollo y observamos claramente la dirección de las nubes de su base, nos dará la sensación de que no nos alcanzará y nos pasará rozando, sin embargo, existe la posibilidad de que a consecuencia de su rápido desarrollo se expanda hacia nosotros y de lugar a otro núcleo y la fusión inmediata de este con el principal, haciendonos creer que es la misma célula que veíamos a lo lejos que se nos escapaba y se ha desviado hacia nosotros hasta alcanzarnos.
Cuando observamos el movimiento de una célula y queremos saber si seremos afectados o no, debemos de tener en cuenta también el hecho de que alrededor del núcleo exista una zona abundante de cúmulos o cualquiera otra nube convectiva como altocúmulos castellanus, que puedan dar lugar a más células y hacernos dudar sobre la trayectoria del núcleo principal.
· Curvatura atmosférica. Dado que la superficie terrestre es curva, la atmósfera también describirá una curva que rodea a la tierra. Esta curva es la responsable de que cuando vemos una agrupación de nubes en el horizonte parecerá que estan más unidas que cuando se sitúan sobre nuestra posición en el que observamos un grado de separación mayor.
Supongamos una situación en la que hay un flujo de suroeste que arrastra la nubes. Si miramos hacia el oeste en un punto cercano al horizonte veremos las nubes desplazarse hacia el norte al igual que si miramos hacia el este; si miramos hacia el sur y al norte podremos ver a las nubes desplazándose hacia el este y si miramos sobre nuestra posición o un punto cercano a nuestra posición, veremos claramente el desplazamiento nuboso desde el suroeste hacia el noreste.
En ocasiones, este efecto que combinado con el grado de desarrollo de la célula o sistema tormentoso nos puede hacer dudar bastante acerca de la dirección real que sigue el nucleo convectivo.
· Flujo del viento y cizalladura. El flujo de viento también influye en la dirección de las tormentas. Las células tormentosas se guían por la dirección del viento existente en niveles medios y altos de la troposfera. En ocasiones pueden corresponderse con la dirección de los vientos en superficie, en este caso el desvío de la célula es mínimo. Pero hay situaciones en las que se pueden dar flujos opuestos entre los niveles altos y bajos. En estas situaciones los núcleos pueden mantenerse estacionarios y desarrollarse incluso en la zona trasera debido al estacionamiento del frente de racha.
Entre las causas por las que se observa
un movimiento errático en las tormentas, se destacan las
siguientes:
· Grado de desarrollo de la célula tormentosa. Una célula tormentosa que posea un bajo desarrollo mantendrá una tasa de expansión nula o reducida de manera que si nos situamos en un punto cercano a la tormenta pero fuera de su trayectoria la veremos pasar siguiendo la dirección de los vientos en altura que arrastran a la célula sin haber demasiadas complicaciones en la dirección que sigue.
En cambio, una célula que se desarrolla de una manera rápida y vigorosa, en especial, cuando esta va creando un sistema multicelular a consecuencia de un gran desarrollo, se va creando una célula tormentosa, en línea, una detrás de otra cuando este sistema presenta organización. Esto sucede en ambientes ricos en cialladura.
Cuando la multicélula está desorganizada, van creciendo núcleos aleatoriamente guiados por los respectivos frentes de racha de cada célula cuando en altura existen valores bajos de cizalladura (5 nudos o por debajo).
Las células de rápido o explosivo desarrolo muestran una gran capacidad de expansión y regeneración, ocasionando por un lado un extenso yunque y ocasionalmente el ensanchamiento del contorno de la base del cumulonimbo que conforma el núcleo tormentoso.
Incluso existen condiciones en las que un área de convergencia en superficie permanezca estacionaria con un ligero desvío hacia un punto paralelo derecho o izquierdo respecto de la dirección del flujo en altura.
Cuando nos situamos en un punto próximo a una célula tormentosa de rápido desarrollo y observamos claramente la dirección de las nubes de su base, nos dará la sensación de que no nos alcanzará y nos pasará rozando, sin embargo, existe la posibilidad de que a consecuencia de su rápido desarrollo se expanda hacia nosotros y de lugar a otro núcleo y la fusión inmediata de este con el principal, haciendonos creer que es la misma célula que veíamos a lo lejos que se nos escapaba y se ha desviado hacia nosotros hasta alcanzarnos.
Cuando observamos el movimiento de una célula y queremos saber si seremos afectados o no, debemos de tener en cuenta también el hecho de que alrededor del núcleo exista una zona abundante de cúmulos o cualquiera otra nube convectiva como altocúmulos castellanus, que puedan dar lugar a más células y hacernos dudar sobre la trayectoria del núcleo principal.
· Curvatura atmosférica. Dado que la superficie terrestre es curva, la atmósfera también describirá una curva que rodea a la tierra. Esta curva es la responsable de que cuando vemos una agrupación de nubes en el horizonte parecerá que estan más unidas que cuando se sitúan sobre nuestra posición en el que observamos un grado de separación mayor.
Supongamos una situación en la que hay un flujo de suroeste que arrastra la nubes. Si miramos hacia el oeste en un punto cercano al horizonte veremos las nubes desplazarse hacia el norte al igual que si miramos hacia el este; si miramos hacia el sur y al norte podremos ver a las nubes desplazándose hacia el este y si miramos sobre nuestra posición o un punto cercano a nuestra posición, veremos claramente el desplazamiento nuboso desde el suroeste hacia el noreste.
En ocasiones, este efecto que combinado con el grado de desarrollo de la célula o sistema tormentoso nos puede hacer dudar bastante acerca de la dirección real que sigue el nucleo convectivo.
· Flujo del viento y cizalladura. El flujo de viento también influye en la dirección de las tormentas. Las células tormentosas se guían por la dirección del viento existente en niveles medios y altos de la troposfera. En ocasiones pueden corresponderse con la dirección de los vientos en superficie, en este caso el desvío de la célula es mínimo. Pero hay situaciones en las que se pueden dar flujos opuestos entre los niveles altos y bajos. En estas situaciones los núcleos pueden mantenerse estacionarios y desarrollarse incluso en la zona trasera debido al estacionamiento del frente de racha.
En otras ocasiones
las componentes de los vientos entre la superficie y los niveles
altos va desde los 90º a desviaciones más pequeñas. En estas
situaciones, los vientos en superficie van arrastrando zonas de
convergencia hacia otras zonas distintas a como lo hacen los vientos
en altura, de manera que se produce una variación en la
trayectoria de la tormenta respecto del flujo en altura
predominante.
Existe un tipo de tormentas, que causan un movimiento bastante errático que se denominan supercélulas, a las cuales incluiré en otra entrada.
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