Durante la tarde del 19 de Julio de 2013, se dieron
condiciones favorables para la formación de tolvaneras. La calma del viento
favoreció la consolidación de burbujas de aire cálido que fueron conformándose
a lo largo del día. Sobre las 16:30 tuve la oportunidad de salir al campo con
la esperanza de encontrarme con estos misteriosos fenómenos meteorológicos.
Mientras anduve por el campo visualizando bien en todas direcciones para ver
cualquier diablo formándose, pude ver sobre un olivar cercano un águila elevarse
en círculos rápidamente hacia el norte. Decidí desplazarme hacia esa zona en
dirección a un punto más amplio para ver mejor. Mientras esperaba se formaron
algunos vórtices poco de muy poca intensidad, señal muchas veces de una gran
tolvanera cercana. Y cuando miro de nuevo hacia el olivar en cuestión en la
zona del camino veo como se eleva rápidamente una columna de polvo en torno a
unos 300-400 metros de distancia por lo que me desplazo corriendo hacia el
olivar. Cuando llego eventualmente se van formando pequeños vórtices tubulares
entre los olivos de gran altura, pero existía una circulación más amplia y
difícil de localizar. En un momento dado decidí salir del olivar porque intuí
que la tolvanera se desplazaría hacia esa dirección y así ocurrió. Repentinamente
un microvórtice débil sale del olivar y se va al campo de espigas segado,
intensificándose cada vez más hasta convertirse en un poderoso vórtice
comprimido succionando con furia todo lo que encontraba en su camino. A medida
que se desplazaba se iba ensanchando hasta convertirse en una tolvanera ancha
con multivórtices de carácter fuerte.
Debido a la dificultad de proseguir por el terreno la dejé
escapar cuando llegué a lo alto de la colina. Pero a los pocos minutos comienzo
a sentir la llegada de nuevas térmicas y comienzan a formarse nuevos vórtices,
pues había una especie de gran corriente rotaria generando diversos vórtices
alejados unos de otros. De pronto veo que todo se comprime en otro olivar
alejado unos 400 metros y veo que se desplaza hacia el olivar que intercepté la
otra tolvanera, es decir, en esta ocasión se desplazaba justo en la dirección
contraria. Empecé a correr paralelamente s su trayectoria hasta alcanzarla y
pude darme cuenta de que no era una tolvanera única, pues había una amplia
circulación generando multitud de pequeñas tolvaneras de intensidad fuerte, una
especie de tolvanera multivórtice pero a lo grande y con mucha extensión
vertical.
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