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sábado, 26 de octubre de 2013

Explicación sobre la circulación zonal

Durante esta semana hemos tenido un tiempo dominado por una circulación más baja, caracterizada por un descenso del anticiclón permitiendo la entrada de borrascas atlánticas y la entrada más directa del chorro polar. 

La causa de esta circulación general la debemos encontrar en el poder que tiene el sol para calentar la superficie, especialmente las zonas tropicales que unido a la rotación de la Tierra a través del efecto Coriolis se divide en varios segmentos. La explicación simple quedaría resumida de la siguiente manera:


Imaginemos la Tierra sin rotación, entonces el sol calentaría de manera más directa el ecuador que es donde el sol da más directamente. El aire que al calentarse se vuelve menos denso asciende hacia arriba y al llegar a un cierto nivel (la tropopausa) el aire comienza a expandirse hacia los lados a la vez que va enfriándose. Debido a que cuando el aire se enfrío aumenta su densidad y por tanto, su peso, va descendiendo poco a poco a medida que va alcanzando zonas con menos radiación solar hasta llegar a los polos en donde el aire se desploma. Una vez que el aire alcanza la superficie se expande hacia los lados y comienza nuevamente su viaje a las zonas tropicales, en donde volvería a calentarse y completar el ciclo.

Pero cuando añadimos la rotación terrestre suceden esto:


Al igual que lo explicado antes, que el sol calienta con más intensidad el ecuador y el trópico y menos los polos, alrededor del planeta se forman unos cinturones de presión o células convectivas. El aire calentado en el ecuador sube hacia arriba y se expande hacia los polos, pero en el camino se enfría y es desviado a la derecha en el hemisferio norte y la izquierda en el sur. Es en ese punto donde se genera un cinturón de altas presiones en las zonas subtropicales situadas entre los trópicos y las zonas templadas, en donde el aire se desploma. A la vez que se desploma aumenta significativamente su temperatura y la humedad se reduce considerablemente, razón por la cual los desiertos más extensos se sitúan en estas áreas.
Parte del aire en esta circulación es dirigido nuevamente al ecuador en donde ascenderá para repetir el proceso y la otra proseguirá el camino hacia el norte iniciando un nuevo ascenso, formando la célula de Ferrel. Estas nueva zona de ascensos genera un cinturón de bajas presiones extratropicales, que son las borrascas típicas que nos afectan cada vez que llega el otoño hasta primavera. Y una vez que el aire ha ascendido, una parte es dirigida al sur para volver a la zona de altas presiones subtropical y la otra se desplaza hacia los polos, en donde vuelve a descender formando la célula polar, una región caracterizada por altas presiones térmicas. A partir de este punto el aire vuelve a expandirse hacia el sur.

En los límites de cada célula convectiva se genera una corriente en chorro y en total son 2, que son la subtropical y la polar. La subtropical que es más débil y se encuentra a mayor altura y la polar, que rodea el polo y es la responsable cuando baja de latitud de producir un tiempo lluvioso e inestable.



Esta circulación es variable según la época del año porque los rayos solares no están siempre en la misma posición. En el Hemisferio norte, ahora en esta época la reducción en la duración del día unido al aumento en la inclinación de los rayos solares genera un mayor contraste térmico entre las regiones altas y bajas. Esto hace que el chorro polar adquiera intensidad y que en ciertos momentos se ondule y nos afecte dando lugar a tiempo borrascoso o frío.




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